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Beneficios

Una red de energía europea interconectada es vital para la seguridad energética de Europa, así como para lograr una mayor competitividad y alcanzar mejor los objetivos de la política de descarbonización y de la política climática con los que se ha comprometido la Unión Europea. Una red interconectada ayudará a alcanzar el objetivo de la Unión de la Energía: garantizar una energía asequible, segura y sostenible, compatible con el crecimiento y el empleo en toda la Unión Europea.

Seguridad en el suministro

Las interconexiones permiten a un país importar electricidad de otro cuando se necesita, por ejemplo cuando el consumo es elevado o en caso de incidente técnico.

Los sistemas eléctricos son más estables cuanto más mallados e interconectados están. Las interconexiones son el vector principal para la seguridad de suministro. Permiten a los países apoyarse mutuamente en situaciones extremas, ayudando a hacer frente a posibles condiciones meteorológicas adversas de manera segura y eficiente, de modo que se puedan prevenir y/o reducir al mínimo las consecuencias para la actividad económica y la población.

Por ejemplo, recientemente la interconexión HVDC con Francia a través de Cataluña permitió recuperar el sistema eléctrico de Girona de los incidentes causados por la tormenta Gloria en enero de 2020, contribuyendo a un rápido restablecimiento del suministro de forma controlada y segura.

En este caso, el lunes 20 de enero, España importó 1800 MW de Francia, lo que representa aproximadamente el consumo de 1,8 millones de hogares.

Modelo sostenible y descarbonizado

La conexión de las redes nacionales permitirá que las energías renovables fluyan por toda Europa y que estén disponibles para los consumidores europeos.

Una red convenientemente interconectada permitirá que la energía eólica del Mar del Norte o la energía solar del sur de Europa estén a disposición de todos los ciudadanos europeos. Además, las interconexiones permitirán reducir las necesidades de capacidad total instalada gracias al aprovechamiento de la complementariedad de las energías renovables teniendo en cuenta un territorio más amplio: así, es posible que si falta sol en una zona, se pueda utilizar el viento que está soplando en otra, y viceversa.

A medida que aumenta la capacidad de interconexión, se maximiza el volumen de energía procedente de fuentes renovables que un país puede integrar con seguridad. La razón es que cualquier energía renovable que no sea necesaria para su propio sistema puede ser enviada en cualquier momento a otros sistemas vecinos, en lugar de ser desperdiciada.

Las energías renovables son cruciales para la transición energética y la descarbonización económica europea, que sólo será posible si aumentamos la capacidad de absorción de energía limpia en el sistema eléctrico.

De acuerdo con el Plan decenal de desarrollo (TYDP) elaborado por ENTSO-e en 2018, el proyecto del Golfo de Bizkaia permitirá integrar entre 1 146 440 MWh/año y 4 182 210 MWh/año de energía renovable en 2030 en función de cada uno de los 3 escenarios estudiados*. Sin este proyecto del Golfo de Bizkaia esta energía quedaría restringida y por lo tanto desperdiciada.
* Pendiente de información adicional.

Mercado interior europeo de la electricidad

Las interconexiones permiten que la electricidad que circula en Europa sea más barata, beneficiando así al consumidor.

La Unión Europea aboga por el desarrollo de un mercado interior de la energía suficientemente interconectado para que la energía pueda circular libremente entre todos los Estados miembros de manera similar a las conexiones logradas en otras áreas, como las redes de telecomunicaciones y transporte o los intercambios comerciales. A este respecto, las interconexiones contribuyen a aumentar los intercambios comerciales de energía entre los Estados miembros, ampliando los mercados nacionales y ayudando así a crear un verdadero mercado interior europeo de la energía.

Con la capacidad que queda vacante en las líneas y que no va destinada a la seguridad de suministro, se establecen diariamente intercambios comerciales de electricidad donde se aprovecha de la forma más eficiente posible las diferencias en la producción de electricidad de cada país. Por ejemplo, las interconexiones reducen la necesidad de las centrales de generación de energía eléctrica de cada país para hacer frente a las puntas de demanda (a las 19:00 horas en Francia y a las 21:00 horas en España) y reducen los costes de generación.

Una red de energía interconectada es esencial para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos de la UE para 2030.

Las principales piedras angulares de la política climática y energética del Horizonte 2030 de la UE son las siguientes:

  • Impulsar la integración de energías renovables como fuente interna de energía, reduciendo la dependencia energética. A este respecto, la Unión Europea ha establecido objetivos vinculantes respecto al uso de energías renovables, que deberán representar un 32% del consumo final (incluida una cláusula para una posible revisión al alza en 2023);
  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (por lo menos un 40% con respecto a los niveles de 1990). Este objetivo vinculante ayudará a la UE a lograr una economía neutra desde el punto de vista climático y a cumplir los compromisos adquiridos en virtud del Acuerdo de París. Como parte del Pacto verde europeo, la Comisión Europea tiene la intención de elevar este objetivo de forma responsable a al menos un 50%, y eventualmente hasta un 55%.
  • Un objetivo de mejora de la eficiencia energética de al menos el 32,5% que debe ser alcanzado por la UE en su conjunto en 2030, con una cláusula de revisión al alza en 2023 (el objetivo inicial del 27% para 2020 se revisó en 2018).
  • Desarrollar una Unión de la Energía plenamente operativa e interconectada para permitir la diversificación de la energía y garantizar la seguridad del suministro.

Para alcanzar estos objetivos, las instituciones europeas están promoviendo y apoyando políticamente el desarrollo de las interconexiones entre la Península Ibérica y el resto de la Unión Europea. Así, el Consejo Europeo de marzo de 2002 en Barcelona, aprobó por primera vez el objetivo de que los estados miembros alcanzaran un nivel de interconexión eléctrica de al menos el 10% de la capacidad de producción instalada en 2020. Posteriormente, en la cumbre del Consejo Europeo del 23 y 24 de octubre de 2014, y recordando las Conclusiones de las reuniones del Consejo Europeo de marzo y junio de 2014, en las que se subrayó la necesidad de garantizar la plena participación de todos los Estados Miembros en el mercado interior de la energía, los Jefes de Estado y de Gobierno instaron a la Comisión Europea a que informara periódicamente al Consejo Europeo con el objetivo de llegar al objetivo del 15% en 2030, tal como propuso la Comisión. Ambos objetivos se alcanzarán mediante la aplicación de los PCI; (...)1

Además, en el marco de la primera cumbre sobre las interconexiones entre los Jefes de Estado y de Gobierno de Francia, Portugal y España, y representantes de la CE y del Banco Europeo de Inversiones, celebrada en Madrid el 4 de marzo de 2015, las partes firmaron la “Declaración de Madrid” con la que se reafirmaba la importancia de movilizar todos los esfuerzos necesarios para alcanzar el objetivo mínimo de interconexión eléctrica del 10% a más tardar en 2020 y aumentarlo en los años siguientes2.

El apoyo al desarrollo de las interconexiones necesarias entre el sistema eléctrico de la Península Ibérica y el resto del mercado interior de la electricidad a través de Francia también se reflejó en la segunda cumbre para las interconexiones energéticas celebrada el 27 de julio de 2018 en Lisboa con la firma de la "Declaración de Lisboa", en la que las partes reconocen la pertinencia de las conclusiones alcanzadas con el debate acerca del paquete "Energía limpia para todos los europeos" en relación con los objetivos mínimos establecidos para las interconexiones y, en particular, el Reglamento sobre la gobernanza de la Unión de la Energía y la Acción por el Clima, con objetivos del 10% y del 15% en los años 2020 y 2030 respectivamente3. No obstante, cada nueva interconexión estará sujeta a un análisis costes-beneficios socioeconómicos y ambientales y esta se llevará a cabo únicamente si los beneficios potenciales superan a los costes.

 

1 http://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-169-2014-INIT/es/pdf.

2 https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Documents/2015/DECLARACI%C3%93N%20DE%20MADRID%20esp%20FINAL.pdf.

3 https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Documents/2018/Declaracion%20Lisboa_InterconexionesEnergeticas2.pdf.

UE

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